11 sept 2013

La obsesión por la banderita

Rafa Nadal ganó el lunes su segundo Open U.S.A. En la ceremonia de entrega de trofeos se pudieron ver al menos una docena de gigantescas -aquí siempre todo a lo grande- banderas de Estados Unidos: el gigante enanizado por una marea azul, roja y blanca.

La bandera de las barras y estrellas está siempre omnipresente en este país, también en casas particulares, ojales del traje o en las mangas de la camisa, ya sea uno deportista, bombero o empleado de una compañía de seguridad. No basta con sentirse estadounidense, hay que demostrarlo. No hablemos del himno...

La obsesión useña por su bandera sólo tiene parangón en la manía quemabanderas de los enemigos de este país.

Para los que pensamos que la línea que divide el patriotismo del nacionalismo es muy fina y que el nacionalismo es una ideología totalitaria, tanto símbolo patriótico nos hace preocuparnos por nuestras libertades.

Las opiniones son como los culos. Cada uno tiene el suyo. Clint Eastwood

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