Ralph Nader ha sido acusado en las pasadas elecciones de ser un submarino de George W. Bush. Esa es "la mejor" de las acusaciones, las otras le tildan de loco o tonto. Ya le han pedido, nuevamente, que se quite de en medio, aunque ésta vez parece que tiene menos tirón. Pero el vuelve a presentarse y con un candidato a vicepresidente, muy importantes últimamente, hispano, Matt González (casi mejor leer la versión en inglés de su perfil porque la que está en español... se las trae).
Supongamos que los demócratas vuelven a perder las presidenciales y lo hacen por un puñado de votos, los mismos que consiga Nader. ¿Sería el abogado de los consumidores culpable de una nueva debacle? Habría que tener en cuenta:
- Que Estados Unidos sigue siendo una democracia en la que, cumpliendo unos cuantos requisitos, cualquiera puede presentarse a la presidencia.
- Que el programa con el que concurre Nader -no sé si en esta ocasión se ampara en el Partido Verde- tiene sus propios principios (los programas de los republicanos y demócratas, como en el resto del mundo, se acaban pareciendo demasiado por la urgencia de conseguir el centro político).
- Que lo que tienen que hacer los demócratas es evitar la abismal abstención que se produce en este país cada vez que llega la ocasión votar.
- Que Nader no es el único "independiente" que se presenta a las elecciones.
- Que a Nader en una de las últimas ocasiones en que se presentó la comisión de debates (controlada por un republicano y un demócrata) le censuraron y prohibieron la entrada saltándose las normas a la torera.
- Que el Partido Demócrata no se ha ofrecido a defender ningún punto de los que Nader lleva en su programa electoral.
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