En este caso han sido unas botas de esquí. Las compre en REI, unos grandes almacenes especializados en esquí, ciclismo, acampada, etc. A pesar de haberlas usado cuatro veces - habiendo estado a punto de perder un par de dedos por lo apretadas que resultaron - llegué, expliqué brevemente el problema y sin pedirme más explicaciones o revisar concienzudamente las botas me pasaron la tarjeta de crédito y en un par de días mis doscientos y pico dólares están en mi cuenta.
La temporada que viene vuelvo a por unas botas nuevas a ver si hay suerte. Si no... siempre podré devolverlas :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario