
Contrariamente a lo que preveíamos, parece que el solidario y comunitario espíritu de San Francisco y, en particular, del barrio de Castro no se ha contagiado del espíritu de la iniciativa wifi. Y eso que la ciudad de la bahía fue noticia hace años porque, presuntamente, iba a ser la vanguardia del wifi al planearse que estaría cubierta por una enorme red wifi.
Cuando ha llegado una solución barata y sencilla el público ha vuelto la cabeza para otro lado. Habrá que pensar por qué algo que funciona en Europa y Japón no acaba de arrancar en Estados Unidos.
1 comentario:
Martín tiene un grave problema: necesita saber por qué la mitad de los foneros desenchufan las foneras.
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