Green Card, la entrevista en la embajada

Después de la boda y de una estupenda luna de miel el siguiente paso fue el de la entrevista en la embajada de Estados Unidos. Para poder ir tranquilo uno tiene que preparar bastantes papeles y copias suficientes. Obviamente los funcionarios de la embajada entregan previamente una relación de los documentos con los que hay que ir a la entrevista. 

Algunos de los documentos son de carácter médico y es que hay que pasar un examen con análisis de sangre, rayos X, vacunas... Y, por supuesto, pagar, tanto en la embajada como a las clínicas.

Una vez provisto de todo fui, el día señalado, con la carpeta que mi santa esposa me preparo. Si no lo hubiese hecho ella todavía estaría allí. La revisión de los papeles le correspondió a un argentino y, en todo momento, hablamos en español. Tuve que esperar sentado una media hora mientras revisaba los papeles que le había entregado. La sala para la "lotería de la green card" estaba hasta arriba.

Y, al final, llegó el gran momento. El argentino me mandó a otra ventanilla,  minúscula, en la que mantuve una entrevista en inglés, de pie, con un tipo bastante simpático al otro lado. El gringo pretendió hacerme caer en una trampa, como en Matrimonio de Conveniencia. 

Me preguntó varias fechas, relativas a cómo nos conocimos, y al final dijo algo como: "Así que se conocieron en abril de 2006...". Yo le había dicho la verdadera fecha y estuve espabilado... No caí en la trampa como el pobre personaje al que interpretaba Depardieu.

Aprobé el "examen" y me comentó que me mandarían un sobre a casa con todos los papeles dentro, incluido mi pasaporte, y... cerrado. No lo tendría que abrir y se lo tendría que entregar al policía de la aduana en Estados Unidos para que lo abriese. La tarjeta verde seguía sin aparecer por ningún lado...

continuará...