Al menos no he sido, ni soy, el único al que la burocracia gringa le ha hecho/le está haciendo la pascua... Aunque tampoco me consuela mucho :(
Martín Varsavski en su blog:
Yo tengo las nacionalidades argentina y española, pero mis tres hijos mayores nacieron en Estados Unidos y tienen la nacionalidad norteamericana. Esta mañana fuimos al consulado norteamericano con mi hijo Tom a renovar su pasaporte y lo que vimos fue un verdadero horror. Primero cuento que el trámite en si, algo hipersencillo y que en el consulado argentino tardaron media hora en hacerme, demoró 3 horas y aún no está terminado. Pero, además, la burocracia es increible.
Entrar al consulado es como entrar a una fortaleza, no sólo tienes que pasar todo tipo de control estilo aeropuerto, sino que no te dejan entrar con nada, ni siquiera con tu teléfono móvil. Adentro está tan lleno que la mitad de la gente que está ahí no tiene donde sentarse y está de pié como si fuera en el metro. Además, el nivel de burocracia es totalmente inaceptable. Para una simple renovación de pasaporte de un chico de 13 años hace falta partida de nacimiento, tarjeta de seguridad social y la presencia de los dos padres frente al cónsul que juran ser padres de este chico y que están de acuerdo que tenga un pasaporte. Las esperas son interminables. Y luego no es que le dan el pasaporte en el acto –como me dieron a mi el español el otro día en la comisaría de Alcobendas–, sino que hay que esperar 10 días que vaya todo esto a Washington.
Estados Unidos en muchas cosas está como retrocediendo. Es una nación que siente que el mundo es su enemigo en la que el terrorismo domina la vida normal de la gente. Por suerte aquí en España, que tenemos mucha más experiencia con el terrorismo, no hemos caido en lo que los terroristas quieren….aterrorizarnos.
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