29 ene 2008

Lencería sexy



Si el avispado lector no es capaz de hacer un ejercicio de agudeza visual y descubrir qué es lo que se intuye en el cajón de la izquierda se lo descubriremos: son unas bragas de campeonato. La parte marroncilla es un defecto provocado, seguramente, por el uso indiscriminado de lejía... Conejo.

¿Por qué semejante guarrada en tan recatado blog? El que esto escribe se vio retenido en contra de su voluntad en Las Vegas después de un fin de semana de asueto. Los vendavales de la costa oeste del país desaconsejaban los vuelos así que hubo que buscar un hotel barato. Uno de los de otra época. Mi propuesta fue ir al siempre, es un suponer, acogedor Hooters pero... uno tiene esposa y acabó en Tropicana.

El Tropicana ha mantenido lo peor del sabor de los años sesenta. Las camareras que le sirven a uno las copas pasan todas de los cincuenta, la decoración es decadente o simplemente se cae. En fin, las gangas se pagan.

El episodio de las bragas tuvo lugar cuando intentábamos encontrar el mando a distancia de la televisión y abrimos el cajón de la mesilla de noche. Puede que la reliquia perteneciese, quién sabe, a alguna estrella de Holywood...

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